Los hermanos se sintieron un poco traviesos y decidieron explorar sus inhibiciones. El hermano tomó en serio la petición de su hermana sin dudarlo y abuelas calientes chilenas comenzó a darse el gusto mientras ella yacía debajo de él. La cabeza de su hermana era tan cálida y acogedora que no pudo evitar frotarse contra ella. A medida que se movía, las sensaciones se hicieron más intensas hasta llegar al clímax. Su hermana sintió la calidez de su amor y aceptación cuando él soltó su chorro sobre su cabeza. Fue una experiencia que ninguno de ellos olvidará jamás.
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