Un padre anciano entiende que su hija pequeña tiene mucho trabajo y por eso rara vez viene a visitarlos. Pero papi decidió no esperar a abuelas cachondas peludas que ella llegara y se fue a trabajar para ella, porque la extrañaba mucho. Y cuando llegó el padre, se excitó tanto que mientras almorzaba, sedujo a su hija pequeña y se la folló bien sobre la mesa.
Abuelas calientes
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