El muchacho, por decirlo suavemente, se volvió loco cuando atrapó a su madrastra atada en la cama. Fue su padre quien abuelas cachondas peludas ató a la perra para follar y no se fue por mucho tiempo. El tramposo inmediatamente aprovechó el momento. Le metió un miembro en la boca a su madrastra y se lo folló como es debido. La venda en los ojos dejó al muchacho en el anonimato, pero pronto la perra se enteró de todo y decidió castigar al travieso bromista…
Abuelas calientes
© 2021 Todos los derechos reservados.