Durante una hora escuché gemidos emocionados en la habitación de mi hija. Supuse que mi chica se estaba divirtiendo con un vibrador. Cuando los gemidos cesaron, entré a la habitación de mi hija y la vi durmiendo desnuda. No pude aprovechar la situación. Suavemente follé a la pequeña en el coño, ella no sintió nada. Luego me follé xxx gorditas virgenes analmente a mi hija dormida, esta vez ella gimió, pero no se despertó. Así fue como, sin el conocimiento de mi hija, me apoderé de sus estrechos agujeros.
Abuelas calientes
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