A la hija de piernas largas no le gusta nada limpiar la casa, por eso lo hace solo cuando ya le empiezan a gritar. Recogiendo un trapo, la esbelta hija limpia la mesa y las mesitas de noche. Se cansa tan rápido que deja de limpiar y sienta su botín en el sofá para descansar. Al ver esto, el estricto padre se enfada mucho y hace señas a su hija para que se acerque a él para abuelas tetonas calientes castigarla follándole una polla primero en la boca, y luego en el coño.
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